OFF: Rolearé en primera persona cuando se trate de mis acciones y eso
...Habían pasado un par de horas de mi extraño enfrentamiento con ese gigantesco hueco. Habían pasado horas de aquel raro acontecimiento que se dio al chocar nuestros poderes, y lo único que quería en ese momento era regresar a la sociedad de almas. Algo había alterado mi ser y mi reiatsu, y podía darme cuenta que no era nada bueno...
Era, al menos para mi conocimiento sobre la historia de nuestro mundo, un hecho realmente siniestro y aberrante lo que yo sospechaba que me había pasado, pero necesitaba confirmarlo con algunos exámenes médicos del tan afamado cuarto escuadrón, que se encargaba de la salud y los estudios en medicina en la sociedad de almas.
Al llegar a la SS, me dirigí directamente hacia el cuarto escuadrón, evitando las preguntas de mis compañeros shinigamis sobre lo acontecido en la misión. Nunca había estado tan seguro de que esto era mucho mas importante que cualquier otra trivialidad naciente en el momento.
Me movía a largos pasos por las calles del Seireitei, con mi acostumbrado traje blanco como la nieve, con mi espada colgando de un costado y mi larga cabellera negra, mas no se veía el semblante tranquilo tan característico en mi persona, sino uno mas perturbado y agobiado. Al llegar a las puertas del cuarto escuadrón, el vigilante me detuvo y me reconoció
-Señor! qué lo trae por aquí? en qué podemos ayudarlo?
Me paré en seco y volví al mundo. Estaba muy ensimismado en mis pensamientos, y las palabras del chico calleron muy de golpe y muy cerca de mi como para que, aunque inconscientemente, pudiese ignorarlas
-Oh... no, no te preocupes, es un examen de rutina luego de la misión de la que acabo de llegar
El muchacho se apartó de la entrada, al mismo tiempo que intentaba preguntarme "Qué tal con la misión?", pero yo ya me había alejado bastante. No tenía tiempo que perder...
Al llegar con la capitana, me dispuse a hablar, pero las palabras se trababan en mi boca. Luego de un momento, pude hablar
-Capitana... algo muy extraño me ha pasado...
Así, comencé a relatarle todo lo acontecido en el mundo humano, junto con su extraño desenlace. Al terminar, la cara de la capitana, no solo era de asombro, sino también un poco de repugnancia
-Hagamos los exámenes pertinentes, aunque estos casos son muy raros. No sabemos con que podemos encontrarnos
Me sometió a muchas y variadas pruebas, ninguna dolorosa, pero algunas bastante extrañas. Al terminar, en vez de venir a comunicarme los resultados, desapareció por al rededor de 20 minutos. Esto ya era un poco... no... era demasiado complejo y extraño para que todo anduviese bien. Comencé a ponerme la parte de arriba de mi traje cuando 5 shinigamis aparecieron frente a mi. Ellos, Desenvainaron muy rápido sus zampakutoh y comenzaron a hablarme de manera imperativa
-Higeki Sekai. Queda detenido por alta traición a la sociedad de almas. Se procederá inmediatamente a su ejecución
Eso me dejó en casi un estado de shock. Acababa de ayudar a la sociedad de almas y ellos ahora querían matarme. Eso me causó muchísima rabia, al punto que derribe al shinigami mas cercano a la ventana y escapé. Mi agilidad, a comparación con muchos shinigamis, era superior, por lo que pude escapar fácilmente de ellos hacia el dangai. Al parecer, se había dado la alarma, ya que podía verse a lo lejos shinigamis aproximándose.
Me metí en el dangai, aquella puerta que conectaba ambos mundos con la idea clara de que tal vez jamás volvería a ver la Sociedad de Almas, pero en ese momento... era una sensación de enojo la que me invadía... así que así pagaban ellos el servicio leal. Realmente una maravilla.
Llegué con mi cuerpo algo dolido y con mi orgullo destruido a la ciudad. De seguro me buscarían. No me dejarían en paz tan fácilmente, pero había oído de una vieja tienda en la que podría encontrar cosas para shinigamis (o lo que yo fuera en este momento) renegados
Al encontrar la tienda. Un señor muy amable me atendió. Y luego de oír mi historia, y sin preguntar nada, me dio algunas cosas que según el eran indispensables
-Aquí tienes un shigai que ocultará tu reiatsu, y por si acaso algunas almas modificadas. No necesitas pagar por esto. Entiendo tu situación, y quédate tranquilo que aquí te ayudaremos
Me extrañó la bondad de aquel tipo, pero estuve muy agradecido por su actitud. Caminé y caminé por la ciudad en busca de un lugar para quedarme, hasta que al fin encontré una vieja, gigantesca y abandonada fábrica. Era bastante cómoda y grande, por lo que decidí instalarme allí. Aparentemente había sido usada hace muchos años, pero no me importó demasiado. Había encontrado un nuevo mundo. Mi mundo, y era momento de explorarlo, así yo, Higeki Sekai, volví a nacer...