Apertura de laTienda Urahara

Un nuevo día, un nuevo despertar y más cosas que hacer, la luz del sol se escapaba por las rendijas de la ventana y golpeaba los ojos de una jovencita que placida mente dormía en su mullida cama, sus cabellos platinados brillaban con la fresca mañana que se asomaba para anunciarle un nuevo génesis, y ella en reacción solo se cubría con las sabanas blancas, no quería levantarse, deseaba estar más tiempo entre los brazos de Morfeo, pero la luz continuaba molestando aun mas, y suspirando fastidiada no le quedo opción más que levantarse.

Tallo suave mente sus ojos con sus manos que estaban cálidas, estiro los brazos al techo y sintió como cada musculo se relajaba, una sensación agradable… se tiro a la cama bocarriba y miro la madera que celosa le resguardaba, su par de zafiros se mantenían fijos, pensativos. No fue hasta que cierto artefacto comenzó a sonar como loco y de un brinco se levanto buscando a Taiken, notando que no se trataba mas de que un Reloj que sonaba a la misma hora todas las mañanas, y ya calmada se levanto completa mente de la cama, acomodándola y dejándola impecable camino hasta donde su armario y reviso sus vestimentas, todas iguales, el mismos vestido pavoroso y elegante de color blanco, y el corsé platinado que le adornaba su esbelta figura, disponiendo a cambiarse. Acto seguido se sentó en el banco frente a un buro y mirándose fija mente al espejo tomo un cepillo para alaciar su sedoso y largo cabello rubio platinado, suspiro y al verse satisfecha con su impecable apariencia sonrió para si misma.

Bajando los escalones noto que todo permanencia igual, en su lugar, solo habría que limpiar el polvo y eso es lo que haría, tras unos minutos Lilith miro la decoración de su Hogar y se preparo para un nuevo día.

-Bien que nos tendrá el día de hoy? Espero sea algo más divertido que lo típico de todos los días.

Susurro y luego de abrir su tienda de Antigüedades y Artículos varios se sentó reflexionando en que quizá necesitaría alguien que le ayudara para las tareas diarias, cosa que tenía en mente desde hacia tiempo ya, pero el pensamiento se desvanecía cuando tomo un sorbo del Té y el suave liquido recorría su garganta, una expresión de satisfacción se dibujo en su rostro y el esperar de algún cliente o algo mas hizo que Lilith tuviese paciencia.

Todo estaba en solo quietud y silencio, sin mas que hacer, y levantándose suave mente del banquito en que se encontraba Lilith sonrió plena mente y se levanto estirando un poco el cuerpo, miro a la salida y se acomodo a Taiken en la cadera, suspiro y camino en dirección a la salida preparada para dar un paseo por las calles de Karakura, su ahora hogar, los ojos de la Shinigami ten brillantes y llenos de la mas armoniosa paz miraron distraídos las afueras de la ciudad apenas sus pies tocaron el asfalto de la calle.

-Algo me dice que hoy será un interesante dia…

Y Asegurando perfecta mente las puertas de la tienda, Lilith emprendió marcha hacia un lugar desconocido.

El sonido de unos gráciles pasos se escucho, y las puertas corredizas se abrieron de par en par, mientras la luz solar entraba con fuerza, sin dejar ver a el ser que había entrado a dicho lugar, entro con cautela y cerro las puertas inmediata mente y pasando de largo al visitante hablo.

-Si que busca?

La sutileza de aquellas palabras era tan profunda, un sonido tan melódico y fino, sin embargo mantenía un toque de misterio y de frialdad, enseguida caminando entre todo el desorden y antigüedades, se asomo una mujer de belleza delicada y un cabello Platinado, su cuerpo lograba despedir un aroma a lirios y sus zafiros se fijaron en quien ahora le visitaba en su tienda. Con curiosidad se acerco y lo miro con desconcierto.

-Algo en que lo pueda ayudar?...

Sin embargo algo en ese muchacho era curioso, pues el haber llegado a la tienda sin que Taiken (La Zampakutoh de Lilith) lo detectase era algo bastante raro, Lilith se acomodo en una pequeña mesa de Té y con un ademan invito a el muchacho para que se sentara sirviendo así dos tazas de Té.